Poesía – entry level

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No soy un gran lector de poesía. Y lo he intentado. Y lo sigo intentando. Y lo seguiré intentando. Pero reconozco que me cuesta disfrutarla, sobre todo la poesía que abusa de los requiebros, del estilo que cariturizaba Cervantes en las primeras páginas del Quijote: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura”, o “Los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza”.

Yo necesito claridad y familiaridad, un lenguaje cercano, por eso me encantan los versos de canciones del Lichis, de la Cabra Mecánica:

Tú que eres tan guapa y tan lista, tú que te mereces un príncipe, un dentista…” (La lista de la compra).

Es la falta de amor la que cierra los bares…” (La fábula del hombre lobo y la mujer pantera).

No me gasto ni un duro en suelas, desde que ando siempre a dos palmos del suelo y tarareo Sha la la …” (Sha la la).

O las canciones de El Kanka:

Y como me alegro de encontrarme tan alegre, tan feliz, tan despreciable… No es el efecto de alguna cosita que yo sin querer me haya fumado…” (Que bello es vivir).

Sin trampa, sin trucos y sin traje… Estoy contigo por tu olor, no por tu perfume” (Por tu olor).

Es lo que hay, no me veo subiendo de nivel en lo que a la lectura de poesía se refiere, no creo que dé para mucho más.