Un hindú en Downing Street

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75 años después de la indepencia de la India y Pakistán (1947), el 4.5% de la población británica tiene sus ancestros en aquel subcontinente y uno de los miembros de esta comunidad, Rishi Sunak, está a un paso de converstirse en Primer Ministro del Reino Unido. Un lider hindú, sucesor de los Winston Churchill, Margaret Thatcher, Tony Blair o Boris Johnson, un Primer Ministro que puede añadir una nueva tonalidad y religión a la, hasta ahora, monocromática lista.

«Soy ciudadano británico, pero mi religión es la Hindú, India forma parte de mi herencia cultural y religiosa. Puedo decir que soy Hindú y ser Hindú es mi indentidad«, afirmó en su momento en una entrevista.

El proceso de desaparición de las identidades nacionales, tal y como las hemos entendido hasta ahora, es confuso y en ocasiones doloroso y peligroso, como demuestra la invasión de Rusia a Ucrania, pero imparable y, yo diría, necesario. Las fronteras físicas del pasado dejan de tener sentido, en un momento en el que muchos de nuestros vecinos son de otros continentes, en el que comemos, nos vestimos, nos movemos y nos entretenemos con productos creados en lugares lejanos. Las fronteras ya no son esas barreras opacas que nos separaban de «los otros», «otros» a los que podías cosificar y asignarles todo lo malo del mundo. La inmigración y la tecnología nos está acercando a todos, nos movemos inexorablemente hacia un mundo en el que se hace más evidente que todos somos en esencia lo mismo.

Lo que nos encontremos al final de este camino será, espero, algo mejor.